Había una vez, un día de verano, una familia que se fue de fin de semana a la playa.
La familia estaba formada por los dos padres y por dos hijos, uno se llamaba Juan y el otro Gabriel. Éstos eran mellizos y aunque se parecían mucho Juan era más alto, y más espabilado que Gabriel. Gabriel era menos espabilado pero, más atrevido.
Los dos se metieron en el agua y a los 10 segundos de meterse en el agua Juan dijo:
-Oye Gabriel mira esto! –Entonces, Gabriel se agachó y respondió:
-Es verdad! ¿Qué es eso?- Juan contestó:
-Es una tortuga atrapada en un plástico!!!
Entonces Juan la cogió y Gabriel le quitó el plástico y la soltó.
Y así fue como dos niños salvaron a la tortuga, esto es una lección para no tirar plástico al agua.
JE 21