Una vez un navegador salió a pescar tranquilamente, de pronto se encontró con un barco abandonado que llevaba el nombre de La Pinta, con la curiosidad de saber lo que había dentro, entró y descubrió diferentes riquezas como el oro, diamantes y joyas de valor.
Hizo funcionar La Pinta avanzando sin rumbo, quedando sin combustible; miró a su alrededor, encontró una radio, intentó comunicarse pero no supo utilizarla quedando totalmente incomunicado y perdido en el mar.
Su último recurso fue lanzar una bengala, observando luego una embarcación dirigiéndose hacia él.
Lo encontraron agotado y deshidratado y consiguieron rescatarlo.
Regresaron a tierra sin novedad y muy emocionado de volver a reencontrarse con los suyos.
Capitao